jueves, 4 de octubre de 2007

Lo que "debe ser" el hombre

Como nadie va a decirnos qué es el hombre, sálvenos por lo menos la intención de configurarlo. Ante lo que es (en este caso lo que no sabemos qué es), siempre nos quedará lo que debe ser, una corrección, humanamente necesaria, que llevamos intentando unos cincuenta mil años. Y para mí, por lo menos, el hombre debe ser:

- Una palabra con vocación de sabiduría.
- Un corazón con decisión de grandeza.
- Un alma con voluntad de amor.
- Un sueño provocador de historia.
- Un refugio para la comprensión.
- Un entusiasmo enamorado de la esperanza.
- Una convicción adornada de tenacidad.
- Un poder invencible y generoso.
- Una lección constante para los hechos torticeros.
- Un ejemplo de luz para las sombras…

En resumen: un silogismo hacia la divinidad.

2 comentarios:

Máster en nubes dijo...

Buenas tardes, Antonio.

Supongo que lo dicho, y bajo el término hombre, se aplica igualmente a las mujeres ¿no? No te lo pregunto por la estupidez de la corrección política del lenguaje -vaya pesadez- sino por si habría alguna variación y declinación en mujeres en este estupendo listado de "deber ser" que me ha gustado tanto. O si se quedaría igual...

Un beso y un abrazo, ya con agua caliente, Dios es grande (y Saunier Duval) ;-)

Aurora

Antonio Azuaga dijo...

Sin duda alguna, Aurora: en caso contrario habría empleado "varón" o lo habría dado a entender por el contexto. "Hombre", pues, va referido a la especie. Filosóficamente, nunca hago ( o se hacen) distingos.

Un beso y disfruta de tus bien merecidas "aguas termales".