jueves, 18 de octubre de 2007

La puerta de la ciencia

Me pareció absurdo.

Había frente a mí una inmensa llanura y al fondo, rompiendo la previsible monotonía del horizonte, una cadena de montañas grandiosas. Un camino cruzaba la llanura y una puerta se cruzaba en el camino.

Me pareció absurdo: ¡quién pone puertas al campo!

Atravesé la puerta… Y no había camino ni llanura ni montañas.

– ¡Qué tontería!, me dije.

Y di media vuelta...

Y ya no había puerta, ni llanura, ni camino… Ni grandiosas montañas.

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