martes, 9 de octubre de 2007

Genoma humano


Hoy he vuelto otra vez a estar a punto
de tacharme en el atlas de la especie,
de borrar filiación y certidumbres
con ángeles que a nadie ya le importan.

He vuelto a enemistarme con los mapas
de un género que buscan con codicia
necias tripulaciones de marinos
con cartas de naufragio, con agujas
de marear misterios en el alma.

A punto de negarme hoy he estado
parentesco con Dios, carné de sueño
en paro, que recorre su abandono
sin empleo de luz ni ocupación
de eternidad… ¡y aún vive de esperanza!

Porque a veces es duro levantarse
y disponer que octubre siga siendo hermoso.

Porque, a veces, el sabio aquel de Sínope
arroja su linterna y decide no buscarse,
nunca más en el ágora de Atenas,
nunca más en las calles de la Historia.

(9 de octubre de 2007)

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