sábado, 5 de mayo de 2007

El desamor y la palabra

Como me tengo que ir y no quiero que el día se me quede en blanco, adelanto la hora del atardecer, no vaya a suceder que esta noche llegue tarde y sea ya mañana.

De hoy, recompuesto en las ruinas de otro anterior, es este soneto. Poca cosa, quizá “demasiado clásico”, pero, para un sábado sin tiempo, puede pasar.


El desamor y la palabra


No satisface amar, no satisface
tanto querer por tanto ser vencido,
tanto encontrar, llagado y malherido,
en tanto desamor su desenlace.

Ni si un verso obstinado mal-rehace
el alma que sostuvo su sentido,
no satisface el sueño estremecido
que muere en verbo si en tristezas nace.

Una palabra, al cabo, es un desierto,
el solar de un afán desmesurado
donde la humana voluntad se agota;

la tumba afín de un desamor abierto
que acoge el corazón desarbolado
de la pasión de un dios y su derrota.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero, al menos, con palabras, podemos decírnoslo a nosotros mismos. Buena parte de la "historia del amor" son palabras. Las palabras (¡los poemas!) han modificado (estoy seguro) la forma de amar y han dado verbo al desamor.

Antonio Azuaga dijo...

¡Que se lo digan a Petrarca, o a Garcilaso!

Anónimo dijo...

Me he enterado un poco tarde, hace solo una horas.Gracias y bienvenido

Antonio Azuaga dijo...

Si no hicieras "cosas raras" con tu correo, te enterarías "cuando Dios manda".
Gracias y re-bienvenido a ti. Mañana, "Carta a Hero"... ¡Espero!