domingo, 1 de abril de 2007

Convencionalmente incorrecto

Ha terminado hoy la tarde como debía; quiero decir, lloviendo. Es un deber de las fechas que corren y, tal vez, la única esperanza para acabar con la sequía en nuestras latitudes. No sé cómo no se le ha ocurrido a nadie: si se decretase una Semana Santa cada quince días, tendríamos garantizada una quincena mensual de copiosas precipitaciones. Y además, yo sería feliz. Entiendo que esto importe menos, aunque para mí es algo bastante digno de tenerse en cuenta.

La verdad es que me gusta la lluvia y el color del día lluvioso, la convicción de intimidad que deja, los jardines silenciosos y vacíos, el olor del aire… Cuento, por supuesto, con todas las réplicas agoreras: “sí, todo precioso, pero ¿y los atascos?, ¿y la incomodidad de los paraguas?... Eso si se trata de una jornada de trabajo porque si estamos de vacaciones, ¿qué clase de vacaciones son ésas? No se puede tomar el sol, no se puede holgar en la playa, no se puede pasear (?)...”

Lo siento mucho, pero me da lo mismo. Además de cuestionar todas esas apreciaciones, no tengo más remedio que argumentar que no hay nada que guste que no tenga inconvenientes. En mi caso, desde luego. Quizá por eso todo el mundo está empeñado en demostrarme lo malo que es fumar (que, por otra parte, ya lo sé), o beber (que sucede otro tanto), o tomar bicarbonato (que me encanta), o “relacionarme” poco (esto sí que no lo entiendo, ni entiendo que le importe a nadie), o que no soporte la verdura (que me parece perfecta, para los antílopes, por ejemplo), o que sea apasionado (toda pasión es destructiva), o misántropo, o antipático, o nada “divertido” (menos mal, diría yo)… En fin, que como soy un asquito (conste que callo otras muchas incorrecciones porque me cuido de la Laica Inquisición), añado para completar mi desagradable imagen que me gusta la lluvia.

Y es que me pasa lo que a Cyrano:

Yo al ver uno que, ceñudo,
me niega al paso el saludo
pienso “un enemigo más”.
Y gozo…

¡Qué le vamos a hacer!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bendita lluvia, pero mejor de noche.

Antonio Azuaga dijo...

Es cierto: es aún más hermosa.