martes, 17 de abril de 2007

Aulas vacías

Esta tarde he visitado aulas vacías. Los escenarios cotidianos se vuelven misteriosos y apacibles cuando los recorremos fuera del tráfago y vértigo habituales. Adquieren entonces las cosas una estatura emocional de que carecen en su uso ordinario. Incluso lo que de ellas más nos desagrada o molesta, se minimiza para dejar paso a un punto de melancolía. La satisfacción, el orgullo, la ambición, el desencanto, el enfado, la discusión, el proyecto… todo lo que nos hace pasar, como a mi querido hidalgo, las noches de claro en claro y los días de turbio en turbio, parece alcanzar un grado de sosegada serenidad en esa ofrenda silenciosa de un pupitre deshabitado, de un cuaderno olvidado en una cajonera, de una pizarra con palabras y números sin mano que los trace ni ojos ya capaces de seguirlos. Un aula vacía es un paisaje de ternura para cualquier viejo maestro.

Y es que un aula no es más que un alma arquitectónica, un espacio de redes intangibles donde lo más hermoso de la vida humana –que es, que debe ser, la curiosidad, el asombro, el vínculo de cada quien con el todo que le forja; en una palabra, su identidad– queda retenido como en un cofre de maravillas.

Sin duda, en el día a día, no se da uno cuenta de nada: hay demasiada vida, demasiado estallido vital. Por eso hay que mirar desde esa lejanía de ausencias de que hablo. Pero tampoco nos damos cuenta de nosotros hasta que no decidimos visitar desde lejos los rincones y memorias que nos hacen e hicieron felices, que valieron y valen por todo lo que, a veces, tiene que dolernos.

Vaciad el alma de los hechos, pero dejad las emociones. Y visitaos. Es, diría un psicoloquesea, una terapia espléndida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Difícil desligar las emociones de los hechos, pero probaré con el psicoloquesea.

Antonio Azuaga dijo...

Te iba a contestar ahora, pero no tengo tiempo y hay muchas cosas que aclarar. En "El atardecer" de hoy (si Dios y mis conexiones lo permiten), tendrás cumplida respuesta a eso de "desligar las emociones de los hechos".