viernes, 4 de enero de 2008

Día de Reyes

Por los niños que, en tantas partes del mundo, no están seguros de si una bomba de “ideológica” espoleta mañana les habrá arrancado la luz de la mirada; por los niños que invierten la soledad de los hospitales en sueños que delatan nuestra impotencia; por los niños que son arrancados de la inocencia por la miseria podrida de las culturas decadentes; por los niños que esclavizan las malas gentes que ni siquiera alcanzaron la virtud animal que protege a los cachorros; por los niños que ruedan por nuestras calles, hijos del hurto de su niñez, producto de un emporio que los desea jóvenes antes de serlo; por los niños que ni siquiera podrán ser niños porque quedan algunos “perfectibles ajustes” en la educación de sus imposibles padres…

Por los niños… y toda la tristeza de un planeta sin niños, que lo pueden ser, que lo deben ser, que lo querrían ser, me voy a callar; por lo menos hasta el lunes 7 de enero, que es cuando algunas industrias dejan de pensar que los niños existen… o debieran.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por los niños y por los que lo fueron, que son más que los que ahora lo son. Yo fui niño una vez, en una obra de teatro, en una clase de Filosofía, en el comentario de un poema. Pensé que los Reyes no me traerían nada, pero siempre acaban por sorprenderme: bendito internet que me devuelve tu sabia voz.

Antonio Azuaga dijo...

El regalo ha sido para mí: ¡encontrarte entre estas marañas!
A ver si te puedes dar una vuelta por la “santa casa” un día de éstos.
Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu visita y tus palabras.