viernes, 9 de noviembre de 2007

El ciego y la mujer callada

…veo con ojos que sienten…
Goethe. Elegías romanas. Elegía V


A veces cruzas este jardín triste
y descubres de lejos mi mirada.

Te detienes entonces, y te acercas.
Te sientas junto a mí. No dices nada.

No soy capaz de verte; y, sin embargo,
oigo brillar el sol sobre tus lágrimas.

Atardecido, junto a mí te sientas
dejando al mundo ser de sus palabras.

Pasan a veces otros paseantes
y la tarde su soledad alarga.

Pero tú estás allí, frente a mis sombras;
la luz de tu silencio me acompaña.

(marzo, 2007)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupendo poema... ¡Y qué sexto verso!

Antonio Azuaga dijo...

Gracias, “Juliembre”; de nuevo, generoso.
Un abrazo.