jueves, 7 de febrero de 2008

Noticiarios post mórtem

Hoy me he dado cuenta (mira que estoy tonto últimamente) de que a las siete menos diez todavía está el día salpicando claridades en las fachadas más altas. Ya lo dice el refrán: por San Blas, pon pan y vino en la alforja, que día no faltará. Y San Blas fue el domingo. Se me está yendo el invierno como un pensamiento repentino que tuviera más de repentino que de pensamiento. Lo peor es que no sólo me pasa con el invierno, sino con todo lo demás. Pero ya sé que en la cuesta abajo el camino es más ligero, muchísimo más ligero; y eso que el corazón ya no se lleva en ristre, como de joven, sino a la espalda, como la adarga de los vencidos.

Si empiezas con lloreras, me voy de p…

Mira que llega a ser bestia este Hyde. No, no voy a “llorarme”, sino a reírme. A carcajadas si es posible. Por ejemplo, de un servicio funerario que, según leo, ha empezado a funcionar en Barcelona. “Crónica de un adiós” se llama al parecer. Es simple: un periodista asiste a las ceremonias, entrevista a los asistentes, recoge información sobre el finado y redacta los hechos para una publicación “en formato papel” (próximamente, también "informático") que entrega a los familiares a cambio de 190 euros. Es, más o menos, como los jeroglíficos de las pirámides, pero modernizado, “como más de hoy”, que diría cualquier imbécil habitual. Aquí es donde se produce la carcajada.

Pero, un misántropo como yo, no puede reírse durante mucho tiempo: le falta el hábito. Un misántropo como yo acaba entristeciéndose o cabreándose. Me iré por lo segundo, por lo mucho que llevo ya de abuso en lo primero. Me he referido al Egipto milenario sin aclarar algo fundamental: los hombres aquellos “creían”, los de hoy sólo “pagan”; los hombres aquellos “esperaban”, los de hoy sólo “emulan titulares”. A mis ojos, equivocados sin duda, la fe y la esperanza dan un crédito de grandeza al dolor que me cuesta ver en el “abono” y la “emulación”. Porque la fe y la esperanza podrán ser una mentira o un error; la “emulación”, sin embargo, siempre es una farsa. Y yo, desde luego, entre un equivocado y un farsante, me quedo con el equivocado.

La comercialización del dolor (como la del amor, como la de todo lo auténtico en el hombre) es un insulto al dolor: nunca se me olvidará el profundo asco que sentí en el alma cuando, recién fallecida mi madre, un diligente empleado del tanatorio nos enseñaba, a mi hermana y a mí, el catálogo, en papel couché y a "todo color", de los distintos modelos de féretros con el precio, naturalmente, al margen.

…Así que, amigo Hyde, los días son más largos, el tiempo que me queda más corto y la tristeza del alma (recaigo de nuevo) cada vez más grande.

6 comentarios:

samsa777 dijo...

Casi todas las prácticas tanatorias se han convertido, por desgracia, en algo obsceno...

A mí también se me está escapando el mes, a borbotones... Y encima tengo ciertos plazos acuciantes que cumplir... En fin... pronto se anunciará (y a fe que nos será convenientemente anunciada) la primavera.

Un abrazo.

Antonio Azuaga dijo...

Gracias por tu visita, Francisco. Te voy a dar el título de “Leal” que, por desgracia, no te “servirá” para nada en el mundo, aunque, en sí mismo, es un “valor” que el mundo se pierde… ¡Allá él!
En cuanto a la primavera (que, desde luego, no se anunciará como es debido), llegará sin duda: más primavera para unos (tú, por ejemplo), más memoria para otros (yo, entre ellos). Que no te arredren los "plazos": dentro de muchos años te darás cuenta de que los "plazos" son la posibilidad; la preocupación, su energía; la incertidumbre, el proyecto… (me callo ya porque parezco un abuelo; y tampoco es eso).
Y, de acuerdo contigo, ¡que se acabe la “pornografía” del dolor!
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Se ve que no nos informa el mismo periodista, porque el mío se ha recreado más, hablando sobre otro de los 'monumenta' mucho más "alegre", con fotos y toda la pesca, en 35 páginas a todo color, por poco más de 1.000 euros. Y fíjate, ahí tengo a mi abuelo, que seguro que desde su silente enfermedad piensa en cómo lo recordaremos cuando ya no esté. Parece, Antonio, que nada basta. En fin, espero no tener que recordarlo en mucho tiempo y poder seguir hablando con él cada fin de semana. Para ti, maestro (entiéndase en sentido estricto), un saludo.

Antonio Azuaga dijo...

El "servicio" de que hablas es una ampliación del que comento, y creo que todavía "no funciona". Se llama algo así como "Crónica de una vida" y sí, cuesta eso, unos 1500 euros.
En fin, dejémoslo...
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Sólo quería decirte que ayer, celebrando eso, que los días ya se alargan, volví caminando a casa y de repente me vi en la calle Pechuán. Un buen montón de veces habré pasado por allí y nunca me fijé en la placa. Me hizo ilusión ver que el Bar La Plaza sigue en su sitio, con un teléfono colgado sobre la máquina del tabaco.

Y, pensando en ese hombre y en el negocio de los reportajes funebres, ¿qué contarían su familia o sus conocidos? Seguro que nunca lo más importante. Lo más importante, aun suponiendo que alguien lo conozca, nunca saldrá en esos memoriales. Para eso, se encuaderna uno el curriculum y unas cuantas fotos y se ahorra los mil quinientos euros.

Antonio Azuaga dijo...

Pues, gracias, Pasabapor… etc. (¡cada vez me haces más largo el nombre!), por el apunte: creí que “La Plaza” ya no tendría teléfono público, hace un par de eternidades que no entro allí. Y dices bien: “lo más importante nunca saldrá en esos memoriales”; ni los tendrá nunca, por supuesto, gente así, entre otras cosas, porque gente así es gente “prescindible” para el negocio de las funerarias. Las “Danzas de la muerte” eran infinitamente más respetuosas con el último silencio.
El dolor, por lo menos el dolor, no debiera ser objeto de mercado… Y no lo digo sólo porque no se haya intentado siempre establecer diferencias post mórtem, sino porque hoy la persona es “objeto”, el órgano de la persona es “objeto”, el sentimiento de la persona es “objeto”, la tristeza de la persona es “objeto”… ¡Y, cínicamente, se la pretenda considerar “sujeto” cuando ya está “fuera de juego”!... Y puede pagar, por supuesto.