martes, 19 de febrero de 2008

Las necesidades del hombre

La ciencia, para sobrevivir;
el amor, para permanecer;
la poesía, para no morir;
la ficción, para distraer;
las noches, para despertar;
la filosofía, para crecer;
el arte, para soñar;
la moral, para vencer
la pereza de existir…

Y Dios –perdón por la divergencia–
tan sólo... para vivir.


(19 febrero 2008)

6 comentarios:

samsa777 dijo...

Sin duda, toda una plegaria, con su música de credo y -perdón por el escepticismo- su inmensa confianza en lo improbable...

Hermoso.

Anónimo dijo...

"Las noches, para despertar..." Ahí está el no sé qué. Enhorabuena.

Antonio Azuaga dijo...

Desde luego es “improbable”, porque ni es ni quiere ser “probado”: las “pruebas” sirven para la “supervivencia”, quiero decir, la ciencia. Mi fe en las “comprobaciones” es tan relativa, o tan absoluta, como mi fe en los ángeles. Me moriré con pronóstico de las primeras y consuelo de los segundos; pero, entre el pronóstico y el consuelo, sin duda, elevaré el consuelo. No servirá para nada, pero... ¡Dios Santo, cuánto ayuda!

Siempre, gracias.

Antonio Azuaga dijo...

...que queda balbuciendo.

Tú lo has dicho, Julio: un no sé qué que no sé, pero me excede y creo: si sólo lo supiera, dejaría de ser excesivo y me cabría en la cabeza. Entonces, no merecería la pena.

Gracias.

Anónimo dijo...

No hay ninguna divergencia, Antonio, ésa es la cosa.
Qué alegría recuperar tu fabla y estas façañas de gran maravilla.

Antonio Azuaga dijo...

Muchísimas gracias,Pasabaxaquí, aunque, realmente, no se trate de "façañas de gran maravilla".
Y soy yo quien se alegra de que sigas pasando por aquí. Voy a ver si soy capaz de llegar a mi particular "laberinto de fortuna".