Drama en cinco actos
A Larra
En el acto primero, tu sonrisa
inventa lo imposible. En el siguiente,
se aplaude de mirar bajo tu frente
caer la noche, ingrávida, sin prisa…
El tercero, lo cruza una imprecisa
premonición crucial, una impaciente
impaciencia que mata suavemente,
que bien advierte lo que mal avisa.
En el nudo hay un beso que es olvido,
que nunca llega a darse, que se queda
a punto de nacer... y se deshace.
Y ocurre lo que ocurre, y no es debido:
la sombra, el paseante, la arboleda,
el mal de amor… ¡En fin, el desenlace!
(13 febrero 2008)
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7 comentarios:
De nuevo, operístico.
Qué bello es el fluir de la rima en los tercetos. Los catorce se deslizan... y esa fugacidad le va como anillo al dedo.
Me ha encantado, tomo apuntes.
Gracias, Fran. Te nombro “Leal Gratificante”, que es algo tan inservible como lo del otro día, pero para mí vale un h…
Y debes de tener razón en lo de “operístico”: esta tarde (antes de “El atardecer” de hoy) volvía a casa con Puccini de copiloto. ¡Qué ojo el tuyo!
Aclaro una errata: lo tuve que copiar por problemas con la "vejez" de este "trabajado instrumento", y me salté una palabra crucial, que era "crucial" precisamente. Lo siento por aquéllos que lo leyeron antes de que me diera cuenta.
Perdón.
¡Qué buenos sonetos sigues haciendo! Y van, ¿cuántos?
Gracias, Julete. No son tantos, pero sí es verdad que, hace “muchísimos” años, mi padre me alabó tanto los sonetos que se convirtieron para mí en una obsesión: padezco de “sonetomanía”.
Un abrazo.
No sé si te llegó el enlace... Últimamente me estoy dando cuenta de que mis comentarios en algunos blogs no llegan a su destino...
http://www.youtube.com/watch?v=KVRhuQWS4tc
A ver si ahora jjajaja
Abrazos.
No, no me había llegado. Me alegro de que insistieras.
Un abrazo.
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