viernes, 29 de junio de 2007

Tiempo de vacar

Han vuelto los ángeles de artríticas alas, incapaces de cruzar decentemente las tardes que nos unen. Esto no va: mi “servidor” tampoco sirve hoy para nada. Como en abril, he tenido que regresar al “módem” exasperante. Me han dicho que se trata de una “avería”. Creo que mienten. La “red de redes” parece que también se me va de vacaciones. ¡Qué hartura de vacar! ¡Qué pesadez el tiempo de hacer nada!

Obligado me voy, que no queriendo. Si esto se arregla un día de éstos, a lo mejor hasta “descargo” una tormenta inesperada: a fin de cuentas, estamos en verano. Y si no, hasta septiembre Deo volente; hasta mediados de septiembre, supongo, porque, de un tiempo a esta parte, la primera quincena me secuestra ante el resto del mundo de modo inmisericorde.

Y, una vez más, gracias por permitirme envejecer arropado por la generosidad de vuestra compañía.

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