domingo, 23 de diciembre de 2007

Contrición



Deja rodar la luz por la ladera
norte del alma. Déjala allí;
quede a cambio la noche de mi parte.

Deja que sea luz donde merezca
los ojos que la miren; no esta gruta,
no esta sombra que agobia mi mirada.

Deja que esparza su simiente el día
en llanos de verdad y de belleza;
no en los páramos yermos, no en los míos.

Deja que sea digna mi renuncia
desde esta oscuridad que se conoce,
que quiere no quererse y, sin embargo,
usurpa el sol, la claridad, el día.


(diciembre, 2007)

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