Hay una luna a medio hacer, un pedazo de luz que se resiste, entre brumas de tardes tormentosas, a dejar de ser luz. Hay un pálido testimonio en la noche de este 21 de septiembre que se intuye a sí mismo naufragio de verano, premonición de días breves y crecientes oscuridades, alerta de doradas decadencias en la frente de los árboles, aceras alfombradas de hojas muertas…
Hay una luna a medio hacer, que no sabe qué hace allí prendida, entre nubes que extienden advertencias y nostalgias, tras de sombras que hacen su septiembre en el inevitable preludio del otoño.
Hay una luna que me pesa en la mirada, y una mirada que me pesa en los ojos, y unos ojos que me pesan en el alma, y un alma que me pesa en el tiempo...
¡Demasiada pesadez para tan poca luna!
Hay una luna a medio hacer, que no sabe qué hace allí prendida, entre nubes que extienden advertencias y nostalgias, tras de sombras que hacen su septiembre en el inevitable preludio del otoño.
Hay una luna que me pesa en la mirada, y una mirada que me pesa en los ojos, y unos ojos que me pesan en el alma, y un alma que me pesa en el tiempo...
¡Demasiada pesadez para tan poca luna!
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