lunes, 9 de julio de 2007

Vieja fotografía de una calle

Era un poema, creo que del 2001. Lo iba a “colgar” como tal porque ando mal de tiempo, aunque el ritmo, premeditada y excesivamente amortiguado, no me gustaba. Así que he borrado las pausas versales para darle cuerpo de prosa, más acorde, tal vez, con lo que dice. Si fuera profesor de Literatura, lo podría poner como ejercicio de métrica: “Muchachos, el texto siguiente es una composición en endecasílabos blancos, pero he borrado su escritura en verso. Deberéis escribirlo, después de contar las sílabas, en su forma originaria. Os advierto que hay encabalgamientos muy bruscos.” Pero no lo soy; aunque, ya que estamos en tiempo de plurales ocios, lo dejaré como un simple pasatiempo: si os aburre el texto (que no me extrañaría), podéis matar el rato colocándolo en la ordenación que tuvo. No es una “sopa de letras”, pero podría distraer.


Estuvo allí. Era un día de sol turbio y brumoso. Tal vez fuera a mediados de noviembre, creo advertirlo ahora que he descubierto dos acacias nudas de otoño ya avanzado, casi invierno. Todo es de un gris plural y melancólico: gris brillante la chapa de los coches; gris oscuro las faldas, las chaquetas, los abrigos, algún que otro sombrero; gris claro los algo confusos rostros; gris violáceo el horizonte, acaso crepuscular... Estuvo allí aquel día –de noviembre tal vez–; llevaba un bolso negro –gris derrotado por sí mismo–, zapatos de tacón y falda estrecha. Su juventud tentaba la mirada de un hombre que cruzaba imprevisible.

Era una calle de adoquines viejos en un día de sol turbio y brumoso –ha vuelto el tiempo a rodear la nada con el dulce subterfugio del recuerdo–.

Estuvo allí. Pasaba mientras alguien ajustaba una lente y un resorte le robaba ocasiones al olvido.

No volverá, ninguno volveremos, a esas calles que duermen en los álbumes bajo el brillo grisáceo de un suceso inviable. Ninguno volveremos, ni ella ni yo; ninguno…

¡Viejas fotos, sin mirada posible, que nos duelen, que nos lloran, que el tiempo acaba por llenar de nadie!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ponlo tú en líneas, que es como debe estar un poema; y un buen poema, con más motivo.

Antonio Azuaga dijo...

No merece la pena.