jueves, 19 de julio de 2007

La vía muerta



En todos los andenes hay una vía muerta,
una vía herrumbrosa, vieja,
donde la noche escribe con paciencia
los heridos renglones de la luna llena.

En todos los andenes que el silencio empareja
con la tristeza
de llegar y no ver más que la tierra
de la desolación finalmente descubierta.

En todos los andenes hay viajeros que sueñan
–y no despiertan–
más allá de sus lágrimas secretas.

En todos los andenes de todas las esperas.


(marzo 1995)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermososo poema, Antonio. ¡Qué bien le van a la melancolía esos monorrimos!

Antonio Azuaga dijo...

Muchas gracias, Julio, aunque ese “soso” que cierra el “hermo” me preocupa. Es broma.
Un abrazo.