sábado, 24 de febrero de 2007

Sombras y ficciones

Me duelen los ojos. No es una metáfora ni un pretexto para justificar este principio: es un hecho. Creo que paso demasiadas horas mirando y velando a través de estas 19 pulgadas. Y ¿qué se puede velar o mirar desde un vulgar monitor? Todo… o nada; según. Tanto da esperar palabras que silencios; tanto, verdades como desengaños; tanto, sucesos o ensoñaciones. Después de todo, tampoco estoy seguro de que lo que ocurra detrás de mi ventana -la otra, la “de verdad”, la que da a un jardín donde a veces hay mirlos y, a veces, gente escandalosa- sea enteramente real. Siento las mismas incertidumbres que Descartes ante las bufonadas de su genio maligno y que Platón frente a la aburrida pared de su caverna.

Puestos a creer en algo, diría que no me creo nada… o que, quizá, creo en todo. Cuando me siento ante este retablo de maravillas, siempre pienso que hay alguien del otro lado. Y eso es suficiente para que los momentos de la melancolía resulten más llevaderos. Ignoro si ese “alguien” existe o me lo he inventado, pero tampoco importa mucho. Tal vez la vida no sea más que la ficción permanente de un entorno de irreales posibilidades a las que hablamos, creemos, amamos, tememos… soñamos.

No sé si quedarme con Calderón o con Descartes, con Matrix o con Platón; en cualquier caso, si hay alguien ahí, al otro lado, que sepa que yo también soy una mentira o una bufonada que quiere ser verdad e inventa su consuelo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, hay alguien aquí, al otro lado, que también se empeña en mantener en pie unas cuantas precariedades, aunque sólo sea para darles apariencia de verdad a ratos; y que se pelea con otras cuantas verdades contundentes que tiran de espealdas. Por cierto, a la primera frase de tu texto le falta la mitad para ser uno de mis versos preferidos ("Me duelen los ojos de mirar sin verte"). Besos ciertos.

Antonio Azuaga dijo...

Gracias por pasar por este rincón y un consejo, si me lo permites: desvía la "contundencia" hacia la voluntad. Yo, ya lo ves, no estoy muy seguro de las "verdades", pero sí de que podemos con todo, aunque a veces todo duela, no sólo los ojos (no me acordaba de "Pena, penita, pena").
Besos de igual certidumbre