martes, 11 de marzo de 2008

La imaginaria del alma

¡Qué le vamos a hacer! Se me ha dicho, y es cierto: soy incorregible. O me pasa aquello de Neruda, que ni muerto podré dejar de cantar. Vamos con otro “digamos que es una prueba”…

Si aún queréis, insisto aquí: La imaginaria del alma

12 comentarios:

samsa777 dijo...

Antonio, ¿qué se hizo de los botones para comentar en la imaginaria...? ¡Me siento afónico!

Abrazos

Antonio Azuaga dijo...

Esta noche los pondré otra vez: no quería caer hoy en la "inconsecuencia".
Un abrazo.

Araceli Esteves dijo...

Hola Antonio, agradezco mucho tus comentarios en mi blog. Lo que leo por aquí también me gusta.Volveré... Pero ¿cómo lo haces para dar de comer a dos blogs? Yo sólo tengo uno y casi no doy abasto.

Antonio Azuaga dijo...

Muchas gracias por tu visita.
Los dos blogs no son simultáneos, sino sucesivos. "Al atardecer" se interrumpió en marzo de 2008. Desde entonces, sólo he mantenido "La imaginaria del alma".
Un saludo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Y menuda prueba.

Un abrazo.

Antonio Azuaga dijo...

Es lo que tiene el método experimental, Javier.

Un abrazo.

Rocío dijo...

Hola Antonio, después de tantos años me encuentro contigo y con tu poesía a través de la red...ha llovido mucho desde nuestras experiencias teatrales en el"virgen del alba" pero ahora seguiré tu blog porque efectivamente sigue siendo un placer leerte y escucharte.

Antonio Azuaga dijo...

¡Qué alegría, Rocío, qué alegría! Parece mentira, pero afortunadamente no lo es. Me acuerdo mucho de aquellos años. Creo que desde "Los peces rojos" (¿o fue con "Mariana Pineda"), no había vuelto a saber de ti; y ahora, después de tanto "llovido" y gracias a este rincón de palabras, te encuentro de nuevo. Un placer para la memoria que no puede evitar volverse nostalgia.

Gracias por venir y dos besos fuertes, para ti y para Curra

L.N.J. dijo...

Una forma de imaginar muy inteligente, será porque me interesa.

Saludos.

Antonio Azuaga dijo...

Gracia Lou, por tu visita. Lo cierto es que tenía que velar la noche que inevitablemente seguiría a estos “atardeceres.”

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola ANTONIO
soy Javier
Te acuerdas del libro de poemas
"Desde arterias de barro".....año 1973
soy uno de tus alumnos...del colegio Ateneo politécnico
y uno de los que fue contigo al viaje de fin de curso a Palma de Mallorca....hace mas de 43 años
te escribo para saber de los viejos amigos de mi juventud
Saludos y un abrazo

Antonio Azuaga dijo...

Hay que ver, Javier... ¡Cuarenta y tres años! Uno más cumplo estos días desde que empecé este oficio en que me conocisteis y en el que aún sigo. Espléndido recuerdo el que me traes de aquel primer curso. Allí me embarqué con todos vosotros en lo que habría de ser después la navegación de toda mi vida.

Por desgracia, poco puedo decirte de los "viejos amigos". Poco, y a veces triste. Conrado, por ejemplo, nos dejó sólo con su recuerdo en el otoño de 1980. Por entonces andábamos haciendo teatro con un grupo de alumnos y él era un colaborador fijo. Como homenaje y en su memoria, inscribimos el grupo bajo el nombre "Conrado Ojalvo". La verdad es que fue un golpe muy duro.
Por aquellos años coincidí también con los Zapico, a cuyos hermanos menores tuve de alumnos en el Virgen del Alba, pero a partir de 1984 (cuando ingresé en la educación pública), la vida empezó a rodar kilómetros divergentes.

A quien sí veo con relativa frecuencia, desde hace unos veinte, es a Eduardo, a quien me encontré en sorprendente coincidencia deportiva en Cantoblanco. Tiene el pelo más blanco que yo...¡Y yo, bastante menos pelo que él!... ¡Cosas de los cuarenta y tres años!

Un fuerte abrazo

P.D.: Te he respondido aquí porque tu mensaje no tenía correo remitente.